Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
Recientemente decidí hacer un treeking (maravilloso) en Perú. Durante los preparativos, separé la mochila, zapatillas, linterna… Pero faltaba algo. Necesitaba de algo que me permitiese llevar a la mano y al mismo tiempo de forma segura, la GoPro, el celular, la billetera… He aquí que surge frente a mí: un bolso canguro. ¿Y no es que el bendito canguro resolvió todos mis problemas?
Me acuerdo bien de él. Hasta hace poco tiempo atrás tenía pavor a estos bolsos. Me parecían muy masculinos y poco estéticos. La verdad es que es un accesorio extremadamente práctico, tal vez su problema haya sido justamente esa practicidad. La excelente noticia es que en pleno 2018, ¡el canguro vuelve reinventado!
Un poco de historia
El canguro, que en algunos países le dicen riñonera, se define como un bolso pequeño, generalmente con cremallera, que se lleva en la cintura y ajustado mediante un cinturón. Su origen se remonta a la Edad Media, donde era fabricada solamente en cuero y servía para transportar herramientas.
En el siglo XV, en Francia, surge la châtelaine un accesorio de donde pendían llaves, relojes y perfumes. En la década de los 90 del siglo XX, el canguro se consolida como un accesorio habitual, hecho de cuero o nylon. Sin embargo hasta este momento nunca había sido considerada un complemento de moda.
Sumário
En las pasarelas
2018 es el año de los canguros. Prada, Chanel, Gucci, Valentino, Givenchy, Moschino, Balenciaga y Stella McCartney, usaron y abusaron de él en las pasarelas. Vale recordar que el canguro se puede llevar en la cintura o cruzada en el hombro, lo que acaba siendo una alternativa bastante interesante.
Fuente de investigación: Revista Viù! nº205 (El Comercio).